sábado, 8 de noviembre de 2008
Soñar con perros
Y sucedió que estando en el mundo de los sueños, me sentí con miedo. Venía corriendo hacía mi y me llevé las manos al pecho.
Sus quijadas se aferraron a mi brazo. Sentía como sus dientes traspasaban mi carne. Con la mano que tenía libre, la derecha, le sostuve al perro, la parte superior del hocico. Cuando trato de zafarse no lo dejé, le apreté tanto, que le arranqué la piel. La sangre de los dos caía al suelo. Sus ojos ya no eran de rabia, eran de miedo.
No entendí que sucedía, me estaba mordiendo y yo no me inmolaba, él era el que, para ese entonces, sufría, no tenía otros dientes para atacar, pero yo, tenía más partes para morder.
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