viernes, 8 de enero de 2010

Soñar con balas, fiesta y barriletes

Soñar con barriletes

Y desperté en el universo onírico, el primer escenario era el inicio de un bulevar con árboles (bulevar Vista Hermosa, zona 15, si usted lector, es de Guatemala). Un día nublado, quizá por la tarde, sin viento y sin autos. Se acercó un niño rubio con un barrilete en la mano. Me dice, ayudame a elevarlo. Él tomó la cometa en una mano, y el hilo en la otra. Ambos nos pusimos a soplar y este empezó a planear por los aires, con nuestro aliento. En silencio, en ese día nublado y sin vientos, el barrilete surcaba los cielos, de pronto el niño me dijo. “Ves, ahora empieza todo”. La cometa se perdió entre las nueves y el escenario cambió totalmente. Aparecí en una casa desconocida.


Soñar con Balas.

En este escenario aparecieron varias caras conocidas. De pronto una señora abre la puerta, yo estaba con M y entra a la casa un ex compañero de la universidad. La señora, M y Yo, estábamos sorprendidos pero no asustados al ver que nuestro visitante tenía un arma en la mano.
La puerta se cerró detrás de él. Empezó a gritar “¡No entiendo!, ¡Qué putas pasa!” el sujeto alza el arma y empieza a disparar contra la puerta. El sonido de las explosiones rebotaba dentro de mi cabeza. M me tomó del brazo.
El sujeto armado empezó a dar vueltas en círculos. Se rascaba la cabeza con el arma. Lo extraño es que ninguno estaba sorprendido mas si alertas. El sujeto empezó a apuntarnos a todos. Cubrí con mi espalda a M y le empecé ha hablar al sujeto.

Yo: ¿mano que ganás con matarnos?.
Sujeto: ¡Nada, yo se que nada! ¡Pero debo hacerlo!
Yo: ¿De verdad vale la pena matarnos a todos?
Sujeto: Si, yo se que sí (empezó a llorar)
Yo: Bueno pero si es así empezá por mí.

Poco a poco empecé ha acercarme a él. Le decía que me apuntara y que lo hiciera bien. Que no fallara porque ya no tenía muchas balas. Cuando el sujeto volteaba a ver yo buscaba su mirada y la mira de la pistola...

Sujeto: ¡Basta, Basta! ¡Tanto tormento!

El sujeto sin verme apretó el gatillo del arma. Escuché el sonido y de pronto la alerta y el miedo desaparecieron, sentí una paz extraña y en ese instante, el escenario volvió a cambiar.



Soñar con fiesta

Era una casa grande de un suburbio de clase media (Como las que hay en la zona 11 entre la USAC y la Aguilar Batres, si vivís en Guatemala sabrás de que hablo) Se suponía que era la casa de M. Cientos de personas desconocidas, muchas, muchas personas, reconocerías varios rostros si los viera en la calle en esta realidad. Todos estaban en la fiesta tomando cerveza de todas las marcas.
Me acerqué a una refrigeradora que estaba en el patio... tomé una de “mis” cervezas, la marca era mi nombre. Destape la botella con los dedos porque era una tapida “abre fácil”, pero no era de rosca, era como los jugos de los 80 y tenía dos sabores distribuidos por la mitad, transversalmente. Di el primer sorbo y me pareció refrescante.
Vi por la boquilla de la botella y reconocí que en el fondo de la botella eran pequeñas tapitas porque era lo único que yo podía tomar.
De pronto se me acerca S y me dice: “¿Y qué putas? Me enteré que te baliaron.... que bueno que estás bien, nueve tiros fueron vaa?”. Yo le respondí “Sí, así es, ahora solo puedo comer metal...” M apareció, no podía hablar... me tomó de la mano y fue por medio de la mente que pudimos comunicarnos... “vamos... hay que atender a los invitados” me dijo.... luego desperté.

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